4ª Temporada
"... de apatías y gusanos ortopédicos"
CAPITULO I
Y caminé, en paz conmigo mismo, cantaba canciones, de vez en cuando, miraba las rocas y los árboles, y las nubes. Miraba mi destino, recordaba, sonreía; me dejaba bañar por la tristeza, sabiendo que era pasajera, aprendía, sin parar.
Y pensaba.
_ ¿Quién decide qué es importante en la vida, y qué no lo es? Tal como los días cambian, cambien nuestras prioridades. He perdido y encontrado a Dios, para despedirme de él, he arriesgado mi vida por un reptil malagradecido, lloré y reí. Entonces, para qué me aleje durante tanto tiempo.
_ Pero tampoco he perdido todo este tiempo. Es extraño, salí con miedos y ahora los he dejado atrás. Una vez, charlando con el mundo le pedí que llevara mi carga, el se negó, nunca pensé que aceptaría de todas formas, el miedo estaba presente en ese peso muerto que llevaba a cuestas, y yo pensé que al dejarlo se haría más liviano mi andar. No es así, el peso se compensa.
_ Mas, he aprendido que no solo las penas pesan, también las alegrías, todo forma parte de nuestro equipaje, y vamos a todos lados con él, es por eso que ya no me pesa. Pero el Mundo jugó conmigo, nada se detiene si yo lo hago, el camino sigue ahí, desde el principio y hasta que cambia o desemboca en otro. Alguna vez intenté correr, por miedo a quedarme, pero no veía el paisaje y me faltaba el aire.
_ No lamento nada, ha sido una buena vida, para ser un gusano...
Y he aquí que de pronto, me encontré con un viejo conocido, un gusano, parecía una estatua, miraba el suelo.
_ Hola _dije.
_ Ah, hola, eres tú _respondió_ ¿encontraste lo que buscabas?
_ En realidad nunca busqué nada, ahora lo sé.
Se miraron.
_ ¿Qué haces? _pregunté preocupado.
_ Encontré algo _fue la respuesta_ antes, miraba todo porque todo era nuevo, pero ahora, mira, esa piedra, como brilla, cuántos reflejos, debe ser muy valiosa, pero no puedo acercarme más, cambia a cada instante, me ha atrapado. Es bella.
_ Pero sólo una roca _dije.
_ Se ve que no has aprendido nada _me dijo.
Y no volvió a hablar.
Qué búsqueda desperdiciada.
Cuánto tiempo observando las cosas más bellas para quedarse detenido ante una roca brillante.
Me partía el alma dejar a un amigo así.
_ Pero somos dueños de nuestras vidas, de principio a fin, mi amigo Mundo no quiso intervenir en la mía, yo, un simple gusano, no puedo hacer lo propio por un semejante.
Y un poco más triste, seguí mi camino.
miércoles, 22 de agosto de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario