CAPITULO II
Vi como mataste animales, sentí el frío proveniente de tu sangre. Al principio fue para alimentarte. ¿Qué hizo el desarrollo en ti?
Transformaste el alimento en un negocio, luego en un deporte, incluso en un lujo. Y terminaste matando por placer.
Vi como destruías el planeta, por el simple hecho de que en algún momento algo te estorbara y entorpeciera tus planes.
Vi el desarrollo arder en tus ojos.
Vi que sólo habías inventado a Dios, aprendí los muchos nombres que le has dado, y comprendí que mi amigo el Mundo sólo se había atribuido una mentira tuya para atormentarme.
Y descubrí que no hacías todo esto como consecuencia de tu crecimiento continuo ni como respuesta a tus preguntas.
Descubrí el miedo en ti.
Y cómo tenías tanto miedo te inventaste enemigos para perseguir durante el día y así dormir tranquilo por las noches.
Quitar antes de que te quiten.
Golpear antes de ser golpeado.
Humillar antes de ser humillado.
Gobernar antes de ser gobernado.
Matar antes de morir.
Pero vi también cómo a partir de tus sentimientos, te elevaste, en sonidos y palabras, en colores...
Has perseguido incluso a tus semejantes, has comido de su carne y bebido de su sangre. Y casi has extinto las sonrisas verdaderas.
Pero vi también cómo a partir de tus errores, nace una corriente de arrepentimiento. Has que no sea demasiado tarde.
Te seguí durante semanas, por diversos lugares. Y lo lamento mucho, nada tienes para enseñarme.
Me regreso.
Estaba a punto de llegar al lugar donde me separara con mi amigo Mundo.
_ Gusano _dijo la voz_ ha sido una larga caminata.
_ Así es _repliqué_ creo que tenías razón. Debimos partir antes.
_ Pero si no lo hubieras visto con tus ojos...
_ Seguiría con la obsesión _completé_ Quién diría que terminaríamos haciendo un buen equipo.
_ Has aprendido a vivir contigo mismo Gusano _me dijo el mundo, me esperaba en el mismo sitio_ ya no oirás más esa voz.
Le miré sin entender, pero no dije nada al respecto.
_ No me digas que has estado acá esperando todo el tiempo _le dije en cambio.
_ No _respondió_ pero vine todos los días a esperarte.
_ ¿Volvemos? _le pedí_ sólo un poco más allá, alejarme de este sitio.
_ Claro Gusano.
Y callamos.
_ ¿Entonces? _pregunté
_ De vuelta a casa amigo.
Pero, ¿por qué estás triste Mundo amigo? Fue la pregunta que se me vino a la cabeza al mirarle a los ojos.
miércoles, 3 de octubre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario